Mindfulness para el manejo de crisis

MINDFULNESS PARA EL MANEJO DE CRISIS

 

“No puedes parar las olas, pero puedes aprender a surfear”.

Jon Kabat-Zinn

 

En Psicología se entiende el concepto de crisis como el súbito cambio o alteración de importancia en el desarrollo o progreso de algún hecho o acontecimiento, y esta alteración puede ser física o metafórica.

Las situaciones de crisis normalmente nos llevan a experimentar diversos sentimientos, como miedo, incertidumbre, angustia, frustración y ansiedad. Mindfulness nos invita a aceptar y observar estas respuestas emocionales, a darles un espacio en nuestro interior con calma y paciencia, ya que las crisis no son permanentes.

A su vez, en términos vitales, las crisis conllevan oportunidad, decisión, discernimiento y posibilidades de cambio. Todos estamos expuestos en ciertas ocasiones de nuestras vidas a experimentar crisis que nos movilizan y encarnan una posibilidad de crecimiento. Actualmente, a raíz del COVID-19, globalmente estamos enfrentando una crisis que nos afecta en múltiples dimensiones de la vida social y personal.

El enfoque mindfulness nos propone cultivar ciertas actitudes para enfrentar de mejor manera los momentos de crisis en nuestras vidas:

 

Apertura y aceptación ante los cambios

Las crisis generalmente conllevan cambios ante los cuales no estamos acostumbrados, por lo que es importante aceptar que, seguramente, las cosas no funcionarán de la manera esperada, intentando no resistirlo, porque entre más resistimos una situación, más persistirá nuestro descontento y más persistirá aquello que nos molesta.

Para mindfulness, la aceptación está relacionada a cultivar la disposición de permitir que las cosas sean como son, sin intentar que sea de otra manera, para poder tomar mejores y más sabias decisiones en nuestra propia vida.

Aceptar no es sinónimo de resignarse, sino que implica una actitud de apertura y no resistencia ante lo que escapa a nuestro control, que nos permite adaptarnos a las circunstancias de la crisis manera más flexible y adaptativa.

Es un reconocimiento activo de que las cosas son como son, sin una reacción emocional que perpetúe nuestro sufrimiento. Mantener una actitud de resistencia a la realidad de las cosas, especialmente en momentos complejos de la vida, es una de las mayores causas de sufrimiento emocional, desgaste y pérdida de energía.

La apertura hace referencia a la actitud de estar abiertos y receptivos a lo que sea que sucede en el momento presente. Incluye soltar aquello que nos preocupa para poder hacerse disponible a cada momento. Implica permitir a cada situación seguir su propio curso, sin luchar ni resistirse al cambio, sino fluyendo con él, dejando y confiando en el proceso.

En términos psicológicos, toda crisis supone un cambio, y todo cambio supone cierta resistencia de nuestros patrones conductuales, afectivos y cognitivos que se aferran a patrones de respuesta del pasado. Ante esta resistencia natural al cambio, mindfulness nos ofrece un nuevo camino que nos permite estabilizarnos emocionalmente y tomar decisiones desde una perspectiva más abierta, menos sesgada, estrecha y repetitiva que la que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida.

 

Tolerancia a la frustración y a la incertidumbre

Una de las principales fuentes de tensiones y estrés en tiempos de crisis es el deseo de querer controlar la situación, lo que es completamente normal, en tanto suele ser difícil tolerar la incertidumbre. El contexto de pandemia ha hecho que las diversas dimensiones de nuestras vidas se tornen inciertas. Una forma de ganar seguridad en nosotros mismos para vivir con menos tensión emocional una crisis, es intentar aprender a lidiar con la incertidumbre, para que nos cause el menor malestar posible. Avanzar en la comprensión que siempre habrá algo que escape a nuestro control.

 

Mantenerse amable y compasivo

En tiempos de crisis resulta muy importante cultivar la amabilidad y compasión, tanto con uno mismo, como con los demás. Si te sientes mal, no trates de fingir, es normal no estar en nuestros mejores días cuando atravesamos momentos difíciles.

En tiempos difíciles es muy necesario ser contenido, tanto los niños como los adultos. Esto significa poder darnos el espacio para hablar de la situación de crisis, lo que nos permite procesar las emociones que no pueden ser comprendidas. Ser amables con otros y con nosotros mismos nos me permite elaborar la experiencia de mejor forma y darle un significado.

Teniendo esto en consideración, es primordial entender que no todos piensan de la misma forma, por lo mismo se debe mantener apertura al momento de exponer los puntos de vista, no tratar de imponerlos y preocuparse de que siempre prime el respeto y el cariño.

 

Cultivar la paciencia

​La paciencia es una forma de sabiduría. Consiste en reconocer que cada cosa necesita su propio tiempo para desarrollarse, lo que puede ayudar a sostener y abrazar la situación de crisis que se da en el presente. La paciencia también significa mantener la calma cuando las cosas no salen como esperábamos, o las percibimos que se desarrollan demasiado lentas; luego de una crisis es normal que los distintos aspectos de la vida tarden un tiempo en restablecerse.

 

Conectarnos con la resiliencia

La resiliencia es la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. En ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento.

Por consiguiente, esta cualidad se origina cuando afrontamos la adversidad propia de una crisis de forma constructiva. Saber adaptarnos con flexibilidad y salir fortalecido de la experiencia dolorosa para integrarla como un aprendizaje a nuestras vidas.

Mindfulness y resiliencia están estrechamente relacionadas, en la medida en que podemos tomar las situaciones de crisis como una oportunidad para seguir creciendo, para generar un cambio en nuestras vidas, mejorar la aceptación y no permanecer desmotivados o impotentes ante estos cambios.

Las personas dotadas de resiliencia saben que esos momentos de crisis no serán eternos y que su futuro dependerá de la manera en que reaccionen. Las personas resilientes, cuando se enfrentan a una adversidad o necesitan superar la tristeza de una pérdida y transitar por un duelo emocional, se preguntan: ¿qué puedo aprender yo de esto?

 

Buscar espacios de autocuidado

En tiempos de crisis es clave encontrar espacios para cuidarse a uno mismo y cuidarse junto a otros. En situaciones de crisis es normal experimentar estrés, el que se experimenta en el ámbito emocional y corporal. El cuerpo muestra señales de agotamiento debido a la sobre adaptación (respuesta a la exigencia por sobre sus posibilidades). Hay que estar atento a esto para contrarrestar los efectos del desgaste propio de las crisis.

Una persona que se siente y se ve afectada por una crisis emocional, necesita tener espacios de autocuidado que nos ayuden a hacer frente al desgaste que esto significa, para lo cual mindfulness es una gran herramienta, ya que nos ayuda a calmarnos y visibilizar lo que nuestra mente y cuerpo necesitan.

 

El autoconocimiento y la autoestima

El autoconocimiento es un arma muy poderosa. Saber cuáles son nuestras principales fortalezas y habilidades, así como las limitaciones y debilidades, poder trazar metas más objetivas y realistas e identificar los aspectos en los que podemos mejorar nos permite enfrentar de manera más positivas las crisis.

Por otro lado, el autoconocimiento nos permite mejorar la capacidad de reconocer y expresar las emociones. Sobre todo, en momentos en que estemos sufriendo, esta es una buena forma de afrontar situaciones dolorosas. También nos permite identificar emociones de rabia o enfado que nos estén haciendo comportarnos de una forma poco saludable.

La persona con mayor conocimiento de sí misma y de la realidad, puede procesar y elaborar más eficazmente las crisis y los factores estresantes.